

El Zoológico de Ereván informa que el cachorro de lince encontrado en Bagarán y trasladado al zoológico murió aproximadamente una hora después del traslado. El 9 de noviembre, el Zoológico de Ereván recibió un informe de que se había encontrado un cachorro de lince en la aldea Bagarán, ubicada en la región de Shirak, y fue capturado por residentes locales. También circularon en Internet videos del incidente. El organismo supervisor, con la documentación correspondiente, transfirió el cachorro al Zoológico de Ereván. El animal llegó al zoológico en la tarde, alrededor de las 22:30. Los especialistas notaron de inmediato su estado extremadamente grave: el animal estaba exhausto, deshidratado y bajo un estrés severo. La evaluación visual indicó que tenía aproximadamente entre 5 y 6 meses de edad; a esa edad aún no puede cazar ni sobrevivir sin el cuidado de su madre. El zoológico proporcionó de inmediato un ambiente tranquilo, calor, agua y alimento, pero la intervención médica agresiva era peligrosa; podría haber llevado a una muerte rápida. Desafortunadamente, el animal murió aproximadamente una hora después del traslado. La autopsia mostró que la causa de la muerte fue insuficiencia renal aguda, y también se registraron signos de insuficiencia cardíaca debido al agotamiento y al estrés severo. El Zoológico de Ereván y su personal se sienten profundamente entristecidos por la muerte del animal. Desafortunadamente, ya habían comenzado cambios fatales en el organismo durante el traslado, y la intervención no pudo cambiar el desenlace. El lince (Lynx lynx) es una especie felina que se encuentra en Armenia y se halla entre las especies en peligro de extinción. Un cachorro de esta edad no podría haber estado solo si su madre estuviera viva. Lo más probable es que el animal haya perdido a su madre y se haya acercado a asentamientos debido al hambre y al frío. Normalmente, los linces evitan a los humanos, lo que también indica su mal estado de salud. En los videos se ve al cachorro siendo sujetado a mano, lo cual es posible solo en el caso de un animal extremadamente debilitado. Desafortunadamente, la interferencia involuntaria pero muy activa de los residentes y exponer al animal al estrés—captura, transporte, ruido, tomas de fotografías, etc.—solo ha empeorado su condición física y psicológica. Este caso nos recuerda una vez más que, con animales salvajes, la mejor ayuda no es intervenir, sino informar de inmediato a las autoridades correspondientes. El Zoológico de Ereván agradece a la Inspección por su respuesta rápida y cooperación y reitera su compromiso de continuar con la conservación de la fauna silvestre y el trabajo de sensibilización pública, tal como se indica en el comunicado.