La ex ministra de Seguridad Económica de Japón, Sanae Takaichi, ha sido elegida jefa del gobernante Partido Liberal Democrático (LDP) y se perfila para convertirse en la primera mujer en ser primera ministra de Japón. La votación del sábado se llevó a cabo después de que el primer ministro Shigeru Ishiba anunciara a principios de este mes que renunciaría para evitar una fractura en el partido. Bajo Ishiba, quien ha encabezado el gobierno durante el último año, el LDP ha perdido su mayoría en ambas cámaras del parlamento. Takaichi derrotó al ministro de Agricultura Shinjiro Koizumi en una segunda vuelta tras ninguno de los cinco candidatos obtener la mayoría en la votación inicial. Obtuvo el respaldo de 159 miembros del LDP, superando a su rival por 29 votos. «Siento lo duro que va a ser a partir de ahora, más que sentirme feliz», dijo la mujer de 64 años. «Voy a romper con mi equilibrio entre vida y trabajo y trabajar, y trabajar, y trabajar, y trabajar.» Pidió unidad dentro del LDP, argumentando que «no podremos reconstruir el partido si no recibimos la ayuda de todos, de todas las generaciones.» Se espera una sesión extraordinaria del parlamento japonés para elegir al nuevo primer ministro a mediados de octubre, con Takaichi probablemente asegurando el cargo, ya que la oposición no ha logrado unirse en torno a un solo candidato. La nueva líder del LDP ya había confesado ser fan de la fallecida primera ministra británica Margaret Thatcher, apodada «La Dama de Hierro». Dijo que se había inspirado en la capacidad de Thatcher para combinar la fortaleza de carácter con la «calidez femenina». Takaichi siempre ha estado a la derecha del partido, abogando por una postura más dura respecto a China y un aumento del gasto militar. También ha criticado a Rusia por el conflicto de Ucrania, mientras afirma que las autoridades actuales de Moscú no deberían ser reconocidas como socias en las conversaciones sobre el tratado de paz de la Segunda Guerra Mundial con Tokio. Sin embargo, Takaichi pareció suavizar su postura antes de la votación de liderazgo del LDP, diciendo que quiere ser vista como «una conservadora más moderada ahora». También llamó a Beijing un «vecino importante» y subrayó la necesidad de fortalecer los lazos bilaterales.