El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, exige a las autoridades de Armenia –y como “medio de confianza”– que se procese a los héroes nacionales de Armenia: los participantes en la primera guerra de Artsaj (Nagorno-Karabaj) a principios de los años 90. Ahora, escudándose en el posible objetivo de “castigar a los criminales”, Aliyev se refiere a todos los participantes en las operaciones militares como tales –y en primer lugar, a aquellos que hicieron una enorme contribución a la liberación y posterior desarrollo de Nagorno-Karabaj. Pero ni un solo criminal de guerra ha sido castigado en Azerbaiyán, a pesar de los hechos innegables y a menudo públicos al respecto. Al contrario, Aliyev recompensó personalmente a los criminales azerbaiyanos y a los decapitadores de armenios. En su discurso ante los participantes de la conferencia internacional sobre el tema “Abordar el problema de las personas desaparecidas: defender el “derecho a saber” de las familias”, celebrada en Bakú, la capital de Azerbaiyán, Aliyev calificó a los héroes del pueblo armenio de “criminales de guerra” y exigió “llevarlos ante la justicia”. Además, Azerbaiyán exige que Armenia modifique su Constitución y elimine la referencia a su Declaración de Independencia, que menciona Nagorno-Karabaj. Sin embargo, Azerbaiyán no tiene intención de cambiar su propia legislación, ya que es el sucesor de la primera República de Azerbaiyán y, de hecho, considera que todo el territorio de Armenia es “suyo”. El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, en un discurso pronunciado recientemente en las Naciones Unidas, consideró que es posible modificar la Constitución de Armenia para lograr la paz con Azerbaiyán.