En Japón, en el Día del Respeto a los Ancianos, se homenajeó a la persona más longeva del mundo. En esa ocasión, se entregó un certificado de longevidad a Tomiko Itooka, de 116 años. Se convirtió en la persona viva más longeva del mundo tras la muerte de Maria Branyas Morera, que tenía 117 años. Itooka sobrevivió a su marido, que murió en 1979. Su hijo, Hiroshi Kai, dice que a su madre siempre le gustó pasar tiempo sola, escalando montañas. Después de cumplir 80 años, continuó con el mismo espíritu y visitó más de 30 templos budistas. Incluso después de cumplir 100 años, no usaba bastón para visitar los templos. El Libro Guinness de los Récords afirma que, además de ser la persona viva más longeva, Itooka es también la 23.ª persona más longeva que ha vivido jamás.