Ciudad de México, una metrópolis en expansión de casi 22 millones de habitantes y una de las ciudades más grandes del mundo, se enfrenta a una grave crisis de agua a medida que una maraña de problemas (que incluyen geografía, desarrollo urbano caótico e infraestructura con fugas) se ven agravados por los impactos del cambio climático. informó CNN. Años de precipitaciones anormalmente bajas, períodos secos más prolongados y altas temperaturas han añadido estrés a un sistema hídrico que ya se esfuerza por hacer frente a una mayor demanda. Las autoridades se han visto obligadas a imponer importantes restricciones al agua bombeada desde los embalses. La Ciudad de México, densamente poblada, se extiende sobre el lecho de un lago a gran altitud, a unos 7.300 pies sobre el nivel del mar. Fue construido sobre un suelo rico en arcilla (en el que ahora se está hundiendo) y es propenso a sufrir terremotos y muy vulnerable al cambio climático. Los aztecas eligieron este lugar para construir su ciudad de Tenochtitlán en 1325, cuando era una serie de lagos. Construyeron sobre una isla, expandiendo la ciudad hacia el exterior, construyendo redes de canales y puentes para trabajar con el agua. Pero cuando llegaron los españoles a principios del siglo XVI, derribaron gran parte de la ciudad, drenaron el lecho del lago, rellenaron canales y destruyeron bosques. Alrededor del 60% del agua de la Ciudad de México proviene de su acuífero subterráneo, pero se ha extraído tanto que la ciudad se está hundiendo a un ritmo alarmante: alrededor de 20 pulgadas por año, según una investigación reciente. Y el acuífero no se está reponiendo lo suficientemente rápido. El agua de lluvia se desliza por las superficies duras e impermeables de la ciudad, en lugar de hundirse en el suelo. El resto del agua de la ciudad se bombea a grandes distancias cuesta arriba desde fuentes fuera de la ciudad, en un proceso increíblemente ineficiente, durante el cual alrededor del 40% del agua se pierde por fugas. La crisis ha generado un feroz debate sobre si la ciudad llegará a un “día cero”, en el que el sistema Cutzamala caerá a niveles tan bajos que no podrá suministrar agua a los residentes de la ciudad. Los medios locales informaron ampliamente a principios de febrero que un funcionario de una filial de Conagua dijo que sin lluvias significativas, el “día cero” podría llegar tan pronto como el 26 de junio. Pero desde entonces las autoridades han tratado de asegurar a los residentes que no habrá un día cero.